Algunos datos sobre mi instalación fotovoltaica

Se cumplen dos años completos de mi instalación de energía solar fotovoltaica en modalidad de autoconsumo con compensación y puedo ofrecer unos datos que quizá sirvan a alguien para hacerse una idea de si llevar a cabo este tipo de instalación o no.

Conviene decir que desde hace ya 10 años tengo contratado el suministro de electricidad con Som Energía, cooperativa de la que soy miembro y que me garantiza un 100% de origen renovable de la electricidad consumida. Además, también desde 2013 tengo instalado un colector de agua caliente sanitaria (ACS) para calentar el agua del termo, que en mi casa es eléctrico, como lo es la cocina.

Fue a través de una iniciativa de Som Energia llamada Mar Solar 2, que finalmente me decidí por una instalación fotovoltaica, que ejecutó la compañía Solartradex. Tras su estudio de consumos y del espacio disponible, me propusieron una instalación de 2,4KWp, que ha demostrado ser del tamaño suficiente para cubrir nuestra demanda, a pesar de los problemas de sombras que tenemos por la tarde, especialmente en invierno.

La instalación costó 5.075 euros. La bonificación de mi ayuntamiento es muy baja y solo supone unos 100 euros al año durante dos años. Se solicitó la ayuda del gobierno estatal en septiembre de 2021 y ésta fue aprobada finalmente en diciembre de 2022, aunque todavía, a día de hoy (3/20/2023), no se ha cobrado. En cualquier caso, a ayuda es de 600 euros por kWp de potencia instalado, o en mi caso, un total de 1.449 euros que, sumados a los 200 euros del municipio, dejan el coste de la instalación en 3.426 euros.

En los dos años de funcionamiento, el sistema ha generado más electricidad de la que consumimos en casa, alcanzando unos niveles de autoconsumo del 31% (autoconsumo sobre generación) y de autosuficiencia del 32% (autoconsumo sobre consumo total). Al no disponer de baterías, el resto de generación (69%) se vierte a la red y parte es compensado, hecho que hace que, durante 6 meses al año, de abril a septiembre, solo pague el mínimo por potencia contratada, que en mi caso es de unos 11 euros. Som Energia no ofrece todavía batería virtual a sus clientes, pero ya hemos sido informados de que lo hará en breve y que reconocerá toda la electricidad generada y no compensada desde enero de 2022, lo que hará que la factura baje más todavía, y se aproxime a ese mínimo por potencia instalada durante casi todo el año.

Tabla 1. Generación fotovoltaica y consumo de electricidad, octubre 2021 a septiembre 2023

AñoConsumo (kWh)Generación (kWh)Autoconsumo (kWh)Vertido a red (kWh)Comprado (kWh)Autoconsumo (%)Autosuficiencia (%)
Oct21-Sept222.487,012.722,89804,941.917,951.682,0729,5632,37
Oct22-Sept232.709,072.727,54866,121.861,421.842,9531,7531,97

Hasta ahora, sin tener todavía la batería virtual, se ha conseguido reducir la factura un 45%, dejándola en 420 euros anuales, o 35 euros al mes de media. Una vez se implemente la batería virtual, esta factura se reducirá sustancialmente. Cabe decir también, que una parte de la reducción de la factura se ha debido al cambio en el patrón de uso de electricidad, desplazando una parte del consumo hacia las horas valle en las que el coste del kWh es más bajo. Así, solo el 14% del consumo se realiza en horas punta, un 17% en horas llano y un 68% en horas valle, aprovechando la tarifa 2.0TD con discriminación horaria y 3 periodos horarios de energía.

Como conclusión, incluso sin tener una batería en casa o de disponer de una batería virtual todavía, la instalación de paneles solares merece la pena siempre que el sistema esté bien dimensionado, como ha sido mi caso. Si además se dispone de batería virtual, el sistema vale todavía más la pena. Si se instala una batería estacionaria en casa, aunque el sistema acaba costando mucho más, se gana en autonomía de la red, algo que yo no tengo con mi sistema. En cualquier caso, teniendo en cuenta que el sistema tiene una vida útil de unos 25 años, no cabe duda de que se trata de una inversión recomendable para todo aquél que tenga posibilidad de hacerlo, especialmente contando con las ayudas del gobierno del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiadas por los fondos NextGeneration de la UE. Finalmente, la posibilidad de generar toda la electricidad que consume tu hogar es muy reconfortante, especialmente en nuestro caso en el que no hay consumo de otro tipo de energías como gas natural.

Agua Caliente Sanitaria (ACS) solar en casa

Desde que cursé los estudios de instalador de energía solar de CENSOLAR he tenido la deuda pendiente de empezar a practicar con el ejemplo. Este verano de 2013 finalmente hemos decidido instalar en casa un colector solar para el agua caliente y quiero explicar brevemente algunas ideas al respecto.

La contradicción principal viene de utilizar un vector energético como la electricidad para calentar el agua. Algo que, como le digo muchas veces a mis estudiantes, debería estar prohibido en la mayoría de los casos, con la excepción de residencias estudiantiles y de ancianos, y por motivos de seguridad. Debemos pensar que para producir electricidad antes hemos tenido que transformar una fuente de energía primaria como el carbón o el gas natural en electricidad (con rendimientos del 30 al 60%) y después tenemos que hacer otra conversión energética, de electricidad a calor. Suele ser mucho más eficiente hacer solo una conversión, por ejemplo del gas natural o del butano, al calor. Pero los bajos precios de la electricidad en el pasado hicieron que se popularizasen los termos eléctricos. Por suerte, con la aprobación del nuevo Código Técnico de la Edificación en marzo de 2007 todas las nuevas construcciones están oblidagas a instalar sistemas de aprovechamiento de energía solar térmica, siempre que las condiciones técnicas lo permitan.

termo SDN100v

Nuestra vivienda cuenta con un termo eléctrico vitrificado Saunier Duval SDN 100v, de 100 litros de capacidad y de 1.200 W de potencia. El termo tarda unas 2 horas en calentar el agua acumulada por lo que, para poder tener un flujo continuo de agua caliente disponible, necesario para la ducha de la mañana y para el baño de las niñas de la tarde, estaba funcionando entre 4 y 6 horas al día, dependiendo de la estación. Esto implica un consumo anual de unos 2.600 kWh, que es más de un 60% de nuestro consumo total. Según la Oficina Catalana de Cambio Climático, el factor de emisiones del mix eléctrico pensinsular es de 300 gramos de CO2 por kWh, por lo que nuestro consumo de electricidad para el calentamiento del agua implicaba unas emisiones de 780 kg de CO2.

En cuanto al coste económico, solo tendremos en cuenta el término de energía. La factura eléctrica doméstica tiene dos componentes principales: el término de potencia, que es una cantidad fija que pagamos por kW de potencia contratada, y el término de energía, que es el precio del kWh consumido. A esto se le añade el impuesto sobre la electricidad y el alquiler del contador en muchos casos, más el 21% de IVA. En nuestro caso, y con la tarifa que tenemos contratada hasta que nos podamos cambiar a SomEnergia, el coste medio del kWh (incluyendo todos los conceptos, también los impuestos) es de 23,20 céntimos de euro por kWh. Sin embargo, con los colectores solares NO ahorramos el término de potencia, es decir mantenemos la misma potencia contratada, por lo que debería usar solo el término de energía, que en nuestro caso, con los impuestos incluidos nos da 17,18 céntimos de euro por kWh. Éste es el coste que deberemos usar para el cálculo económico de la instalación.

Tras conversar con los técnicos de Electrosol a cargo de la instalación, me indican que el factor de sustitución estará entre el 75% y el 80%, pues tenemos radiación directa durante muchas horas al día. Si tomamos el 75%, esto quiere decir que dejaremos de consumir unos 1.970 kWh al año, el equivalente de unos 590 kg de CO2. Además, nos ahorraremos, en su primer año, unos 340 euros.

greenheissAS150

Instalamos un equipo compacto termosifón Sime Natural 200S, con acumulador de 200 litros. Su funcionamiento es muy sencillo. Se hace circular un líquido (glicol) transportador de calor por el interior del colector plano que transfiere la energía al agua del acumulador por medio de un serpentín. El agua caliente se vierte a la red del hogar. En nuestro caso, el agua caliente del acumulador pasa al actual termo eléctrico, que tenemos desconectado de la corriente, para obtener un mayor nivel de almacenamiento. Además, en los meses de menor cobertura (diciembre, enero y febrero) será necesario conectar este termo como sistema de apoyo. De ahí que la tasa de cobertura sea solo del 75%.

La instalación (equipo, mano de obra e IVA) tiene un coste de 2.200 euros. Si en 2014 se mantiene la deducción del 20% en el Impuesto sobre la Renta de 2013 por obras de mejora en vivienda que incluyen la utilización de energías renovables (véase la pág. 492 del Manual de Renta 2012), si asumimos un aumento en el coste de la electricidad del 7% anual (conservador respecto a lo sucedido en los últimos años), y si asumimos una tasa de descuento del 3% (para poder comparar los ahorros futuros con el coste actual de la inversión), nos da un retorno de la inversión en tan solo 5 años. Teniendo en cuenta que la vida útil de este tipo de instalaciones es de unos 25 años (manteniendo un rendimiento del 80%), el ahorro económico acumulado descontado en un periodo de 20 años (es decir medido en euros de 2013) es de unos 10.300 euros, junto a un ahorro de emisiones cercano a las 12 toneladas de CO2.

Es cierto que la reforma eléctrica aprobada por el gobierno en el RDL 9/2013 y en la Orden IET/1491/2013, de 1 de agosto, del Ministerio de Industria, aumenta el coste de la parte fija de la factura, el término de potencia, y baja el término de energía, lo que desincentiva este tipo de inversión y alarga algo el periodo de retorno, pero ese no es el objetivo principal de la instalación. Aun así, es evidente que este tipo de instalación sigue siendo rentable social y ambientalmente. Otra cosa es qué sucederá con la fotovoltaica. La anterior reforma, que ha sido fuertemente criticada (ejemplos aquí y aquí), ha matado, de momento, al autoconsumo, pero ese es tema para otro comentario.

En conclusión, espero haber demostrado con un ejemplo práctico que merece la pena invertir en energía solar térmica. Mientras no se arregla el tema del autoconsumo, lo mejor para cubir el resto de nuestras necesidades de electricidad es cambiarnos de empresa distribuidora, y elegir una que nos ofrezca kWh de origen renovable, como Gesternova, o las cooperativas Som Energia, GoiEner, EnerPlus, Nosa Enerxia o Zencer, que además, según el comparador de tarifas de la Comisión Nacional de Energía, ofrecen tarifas más competitivas en la mayoría de los casos. Si, por contra, no se quiere cambiar de compañía, todavía se puede revisar la potencia contratada. En la mayoría de los casos es una potencia muy alta, por lo que se puede reducir sin problemas. En casa ya lo hemos hecho y además hemos usado la calculadora de potencia de la propia Endesa.